viernes, 7 de enero de 2011

Recomendado de la semana: Las hierbas salvajes

Las hierbas salvajes (Les herbes folles), del viejo maestro francés Alain Resnais (Hiroshima mon amour, El año pasado en Marienbad, Conocemos la canción, entre muchos otros títulos), es un respiro en la mediocre cartelera de cine independiente en Colombia, llena de melcochas sentimentales como Lo que más quiero (Cosa Voglio di più), La primera cosa bella (La prima cosa bella) y próximamente Amor de familia (Le Premier jour du reste de ta vie), que son cine de Hollywood hecho en Europa, pero peorcito: predecible, lleno de fórmulas y pretencioso.


Muy al contrario, en Las hierbas salvajes, Resnais, un jovencito de 88 años tira por la borda la supuesta corrección narrativa, le tuerce el pescuezo a la lógica y se entrega a un ejercicio de libertad que el público premia con generosas sonrisas sin explicación.

La relación entre una odontóloga interpretada por Sabine Azéma, la última musa del director, y un neurótico desempleado próscrito (interpretado por André Dussollier) que vive en una espléndida villa, está llena de torpeza. Se conocen (?) gracias a un episodio fortuito (el hombre encuentra la billetera que le han robado a la mujer y en el trance de devolvérsela se va enredando cada vez más en su propia madeja) y la película se dedica a mostranos cómo se atraen y se espantan.

Los personajes dejan un estropicio en su paso por cada escena, monologan (?) y a su vez un narrador los comenta. Pero este narrador omnisciente tampoco entiende muy bien para dónde van él, la historia y los personajes. Resnais sabe que los relatos no tienen un desarrollo "necesario" (¿Recuerdan la fantástica Smoking / No Smoking?). Las hierbas salvajes es el aparente  triunfo de la contingencia y el azar. Un cine donde todo está calculado para que parezca espontáneo y feliz, aunque en el envés de toda esta loca armonía siempre hay dolor, desorden, hierbas salvajes que hay que podar.

Una fiesta de la imaginación. Recomendada para quienes creen que en el buen cine es como internarse en un camino desconocido.

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