viernes, 18 de febrero de 2011

El Oscar al revés: mis películas perdedoras (I)

Aunque la sensatez y sensibilidad de los Premios Oscar a la hora de medir el valor artístico de las películas haya que tomarlas con pinzas quirúrgicas, cada año los desocupados espectadores caemos en la tentación de hacer cábalas y le apostamos a ganarnos el bingo. ¿Por qué? Quizá porque el mundillo del cine sería abrumadoramente aburrido si nos lo tomáramos demasiado en serio. Por eso, y contando con que algo he visto de las mayores implicadas en el fandango del próximo domingo 27 en Los Ángeles, me permito apostarle a mis favoritos y favoritas, que nada tienen que ver con lo que al final presumo que resultará bendecido con la espantosa -pero multimillonaria- estatuilla.

Un Premio Oscar es una mezcla de lobby, chantaje emocional, poder económico, culpas atrasadas y prestigio previo, por solo mencionar algunos de los cuantos condicionamientos extracinematográficos que los determinan. Para usar las palabras del tándem Hughes-Bloom (Robert y Harold, no Howard y Leopold, por si acaso), es la culminación festiva de la cultura del resentimiento y de la queja, tan propia del mundo anglosajón que se inventó estos premios para autocelebrar su miopía colonialista.

Desde hoy y por los próximos siete días, voy a ocuparme de una categoría diaria, empezando por la más importante, como corresponde a un pronóstico contrahecho y destinado a fracasar:


Mejor película del año: 


Las nominadas:
  • Cisne negro (‘Black Swan’)
  • El ganador (‘The Fighter’)
  • El origen (‘Inception’)
  • Los niños están bien  (‘The Kids Are All Right’)
  • El discurso del rey (‘The King´s Speech’)
  • 127 horas (‘127 Hours’)
  • La red social (‘The Social Network’)
  • Toy Story 3
  • Temple de acero (‘True Grit’)
  • Winter´s Bone

Con criterio mangiancho, la Academia decidió en los últimos años ampliar a diez el número de nominadas. Gracias a ese gesto (que a no dudarlo responde a motivaciones económicas y para sacar del ostracismo un buen número de títulos de inconsolable discreción), hay mucho mayor riesgo de que entren en el podium principal obras de segundo rango, o que en años de estrechez sólo clasificarían a premios técnicos o cuando más a una que otra categoría aislada, entre las principales.

En esa galería de películas menores entre ninguna película mayor (según mi opinión general de las nominadas en este 2011) clasifico a Inception, 127 horas, El discurso del rey y La red social.  Con El origen, Nolan preparó una lección de arquitectura paradojal e interpretación de los sueños, pero a su exposición le sentaría mejor un aula de clase. En 127 horas, cuando uno empieza a gozar de ese mundo de instintos primarios, Boyle (el mismo que después de complacerle en la miseria, se saca de la manga un final feliz en Slumdog Millionaire) no resiste la amoral desnudez de la lucha por la supervivencia e introduce la metafísica del individualismo y la autosuperación. En El discurso del rey, mi mayor interés era acceder a chismes familiares sobre la infancia de la reina Isabel; la tartamudez de su padre difícilmente nos conmueve a pesar de las hipérboles históricas de las que se rodea su figura. La red social, por último, es más un documento sociológico que una gran película, y tiene el final más cursi del cine americano desde Citizen Kane.

Los niños están bien y Cisne negro son bien logrados ejercicios de inmediatez sentimental, y como tal sus efectos se desvanecen con prodigiosa rapidez. La primera, sobre una pareja de lesbianas (espléndidas Annette Bening y Julianne Moore) y sus dos hijos adolescentes, parece tener lugar en tierra de nadie y no en el país del Ku Klux Klan y el Tea Party. Cisne negro es deliciosamente barroca y perversa, pero cuánto mejor está La profesora de piano, de la que parece tomar toda la matriz psicológica, aunque Haneke la supera sin tanto aspaviento.

Toy Story 3, el espléndido final de la saga,  Temple de acero, la relectura cínica y descarnada del Oeste de los hermanos Coen, y El ganador, una película que puede verse como otra historia de boxeadores pero que es en realidad un filme crudo y agudo a pesar de su final feliz (y que nos advierte de nuevo sobre como en aquel lugar -la familia- donde nos deberían proteger con frecuencia nos destruyen), son mis favoritas, pero primero se acaba la corrupción en Colombia antes que alguna de las tres gane como mejor película.

No he visto Winter's Bone, que parece ser un filme de una fantástica y enrarecida atmósfera. Las grandes favoritas, La red social y El discurso del rey, son películas desmesuradamente sobrevaloradas.

La ganadora será La red social.

2 comentarios:

jack casablanca dijo...

Definitivamente para encontrar cine en estado de gracia habrá que escarbar mucho en el maniqueo y satisfecho mundo que este tipo de premios ha ayudado a modelar. Sin embargo, Toy Story 3 es una cosita maravillosa.

Rodolfo dijo...

En mi blog hice un comentario de Winter’s Bone, no tan profesional como los tuyos, claro.

http://ermordung.blogspot.com/2011/01/winters-bone.html

Me gustó la película, fue una grata sorpresa.

Difiero un poco con respecto a La Red Social. Creo que es una buena película en su conjunto, principalmente por todo lo que logra con una historia en el papel tan sencilla. Quizás es un tema de expectativa: fui esperando muy poco, y me entretuvo mucho. En ese sentido, si hay un premio que se merece, es el de mejor película, pues aunque los actores, música, dirección o guión no destaquen por si solos, logran un muy buen conjunto. El final, totalmente de acuerdo, una tontera.